pasé la tarde tirada sobre la alfombra, espiando a benjamín por debajo de mi brazo. estábamos los dos echados en el cuadrado iluminado que marcaba la puerta de vidrio, disfrutando del sol duro de las 3 y media, y el gato movia la cola sin parar, dibujando pequeños circulo en el aire.
escuchando Pomplamoose, viendo flotar pelusas y el humo del cigarro de cristina, mientras ella forra sus libros y yo estoy pegada con las sombras que se forman sobre el pelaje de benja. no hay cámara de fotos.
el gato vuelve a dar la vuelta, se acaba la música, cristina ahora tipea en la laptop y benja se pasa a la sombra. la maga nos ha dado el alcance en el cuadrado de sol. sus pelos pardos no brillan tanto como los de benja (que es todo blanco y parece un reflector)
han pasado 7 minutos. estoy en el olimpo, la suave brisa levanta los pelitos de mi frente. doy otra vuelta y ahora yo estoy con el sol en la cara.
la unica que se mueve es ella en su silla, de rato en rato voltea a chekearnos. lee y hace apuntes, el humo de su cigarro es atrapado por un remolino invisible y arrastrado por la ventana abierta.
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