02 febrero 2009

.pre budismo (feb 001)

(si hay algo que ha marcado realmente mi vida, es la falta de recuerdo)
le saco la pila al reloj: me pierdo horas por el techo. En mi cuarto, oyendo música. Llegan imágenes de ayer, emociones cambiadas y finales en blanco, pero yo no las recibo. Bzzzzzzz.
A veces me desespera la falta de tiempo. Y luego de la desesperación, entro al cuarto de la falta de recuerdo.
Como un cubo infinito e ingravitado, por el cual puedo subir/bajar o bajar/subir y es tanta la cantidad de luz, el tono brillante de los colores, que pareciera que no hay NADA.
Bajo/subo o subo/bajo flotando, despacio, adormecida, y quiero creer que está bien así. Aunque no haya NADA.
Cuando realmente me aterra
Huyo.
Me dijo que tenía que vencer ese temor, el terror de entrar donde no hay nada. Entrar en el vacío, ser uno/todo/nada. El extasis es la muerte. Lo mejor del orgasmo, cuando ya no se respira, cuando ya no se está aquí. La muerte es el caballo que nos lleva a un punto más alto en la montaña (o más bajo).
Pero cuando me aterra
Huyo.
Me sacudo y salgo a la calle.

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